Muerto de miedo

Confieso mi terror al deterioro,
al cáncer, al olvido, a la vejez,
duelos que se maquillan por decoro,
dicen que por la boca muere el pez.

Me flaquean las piernas frente al toro
de la yihad y aunque, más de una vez,
he presumido de bajarme al moro,
me declaro culpable, señor juez.


Mientras las musas no me den la espalda
brindaré bajo un pliegue de tu falda
por Dylan, por Brassens, por José Alfredo.

Y seguiré cantando y blasfemando
contra todos los dioses, celebrando
las ganas de vivir, muerto de miedo.

Joaquín Sabina

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