Si quieres mantener el equilibrio, debes seguir avanzando.

Este último mes no fue nada fácil. Operaron a mi mamá, salió todo bien por suerte, pero esto sigue, y se vienen tratamientos y tratamientos, visitas médicas, idas y vueltas, de acá para allá; la familia está conmovida, todos preguntan, todos rezan, todos se preocupan. ¿Cómo no hacerlo? ¿No? Es inevitable que se te venga la angustia a flor de piel, esas ganas de llorar, de decir ¿Por qué a ella? Habiendo tanta gente mala, ¿por qué le tocó a mi mamá que es la persona más buena y correcta del mundo?



Y llegó Hammer.

 

Después de tanto tiempo, de tanto amagar, de tantas idas y vueltas, de tanto soñar, llegó Hammer. Mi hermana siempre quiso que tengamos perro, pero obviamente nunca se hizo cargo; mi papá ama a los perros, ama a esa raza -Setter irlandés- porque cuando era joven tuvo uno, y también siempre le gustó tener; mi mamá no se lleva muy bien con los animales, nunca le gustó la idea de tener uno; y a mi, sinceramente, nunca me agradó mucho porque tuvimos perros pero no eran buenos, además era chico, pensaba distinto, qué se yo. La cosa es que ya es un hecho, hace ya unos casi 20 días que Hammer se sumó a la familia.
No sé si es que me cuesta creerlo, pero.. Además de que es hermoso y bueno, está trayendo alegrías a todos, especialmente a mi mamá que no está pasando por un buen momento. Es increíble como todo el mundo le habla como un bebé, hasta se hablan entre ellos como si fueran el perro -jajajaja-; imagínense que estuve todo el fin de semana jugando con él. Estuve observando e imaginando cómo funcionaba la cosa durante la semana cuando nosotros -mi hermana y yo- no estamos, y me di cuenta de que mi mamá está muy encariñada con el perro, le habla, lo juega, siente su compañía; el hecho de que ella tiene que estar en casa en reposo y está todo el tiempo con él debe ser que le afectó, además, como que se ablandó un poco. No sé, pero la cuestión es que nos tiene locos a todos, y de una forma u otra algún bien nos hizo.
Va, viene, salta, muerde, choca, se te sube encima, te hincha las bolas, te da ganas de salir y correr y gritar, te transmite esa alegría, ese entusiasmo; y si lo retás porque ya te está cansando, se queda callado y se acuesta y te pone cara triste o tierna y es inevitable tener que ir hacia él para acariciarlo y molestarlo para que esté contento. Naaaa, es un amor, es increíble. 
Tengo que reconocer que me encanta mi perro. Que de una forma u otra, más allá de que pueda mandarse cagadas o que implique una responsabilidad cuidarlo, nos trajo alegría, compañía, entusiasmo, ganas de jugar, de salir, correr, gritar, bailar. Llegó en el momento indicado para todos, para hacernos olvidar un poco de todo esto que está pasando. Así es como llegó Hammer.

Sin ti, soy yo.

Llevo bastante tiempo buscando la chica "ideal" según mis pensamientos, y ya la encontré. Cuando la describía -antes de conocerla- decía que tenía que ser buena mina, bonita, simpática, fiel, que tenga buen cuerpo, que le guste estar conmigo y compartir, que le guste mucho el sexo -jajaja-, que esté en mi entorno, que estudie algo parecido -así iba a entenderme cuando ando a mil-, etc, etc, etc. Esas y varias cosas por el estilo son las que yo siempre pedía o buscaba en una chica, hasta que, sin querer, la encontré. ¡Yo no lo podía creer! Tantas coincidencia, tan igual a mi que era, tan lindo que parecía todo, tan bien que venía, pero.. Claro, siempre hay un PERO. Pero.. ¡Qué raro que fue! ¡Por el amor de Dios! No sé si es que será tan cierto que dicen que la satisfacción es la muerte, pero.. Estaba tan contento, tan lleno, tan satisfecho, que ¡me cansé! Exactamente. Me cansé en seguida. No sé si será porque no se dio que me enganche con ella, o había alguna particularidad -su extremada infantilidad- que me molestaba, pero me cansé demasiado rápido y ya no quería saber más nada. Y ahora sí, tengo que reconocerlo, estoy en serios problemas porque acabo de fracasar con lo que a mi me gusta -o por lo menos creía que me gustaba-.

Mirando un poco esta situación desde otro punto de vista, me sirve para analizar algunas cosas buenas y/o malas y tenerlas en cuenta. Por ejemplo, darme cuenta de que, si ella era tan igual a mi, puede ser ese el motivo por el cual yo fallé en mis otras relaciones -aunque no creo que sea tan así-; no obstante, voy a tenerlo en cuenta y pensar más en lo que hago cuando creo que lo estoy haciendo bien.
Por otro lado, en este último año maduré un poco más en las relaciones amorosas y me di cuenta de que nadie es indispensable para mi vida -o por lo menos en esta etapa, en la adolescencia-, nadie, y siempre se puede encontrar a alguien para estar relativamente bien. Además, yo siempre estuve convencido de que la otra persona me brindaba tantas cosas, de que "lo era todo", y cambiaba mucho mi forma de ser mientras estaba en pareja, y eso evidentemente no era bueno porque me conocían de una forma y yo después cambiaba y ahí lo arruinaba todo. Lo que pasa es que en un 99% de los casos, uno no se enamora de la otra persona, si no de la idea que tiene de la otra persona y de cómo se ve uno con esa persona al lado; y ahí es donde se comete el error. 

Por eso hoy me doy cuenta de que aprendí y de que siempre debo ser yo; porque si yo era feliz y vos te enamoraste de mi, debo seguir siendo yo para seguir contagiándote mi felicidad, porque después de todo, cuando estaba sin tí, era yo... Porque sin ti, soy yo.