Penúltimo tren.

Ni me vengo tan pronto ni la tengo tan gorda,
ni consuelo de tontos ni ganas de palmar,
los jamases que asumo los tiro por la borda,
no me fumo las clases a la hora de olvidar.

Porque chuzos de punta llueven puertas afuera
y puertas más adentro tirita el corazón,
y un chavo desnutrido dormita en la escalera
y un paria embrutecido vomita en un rincón.