Monologueando.

Un día empecé a ver monólogos y stand up en youtube, y me divertí mirando porque me reí mucho. Ahí me dí cuenta de que, en cierta forma, yo vivo haciendo mini-monólogos cada vez que hablo y "me quejo" de lo que me pasa cotidianamente; así que decidí sentarme y escribir lo que pensaba, como si estuviera armando algo para después hacer stand up. La cosa es que no voy a ir a ningún lado, pero acá va todo lo que escribí.

Bueno, ¿qué les puedo decir? Soy un tipo bastante tímido e inseguro. Depende de la situación, obvio, pero por lo general, tímido e inseguro. Muy inseguro. Pienso todo 30 veces, y lo analizo, y repaso, y pienso, y digo: “¿voy o no voy?”, “¿Lo hago o no lo hago?”, y pienso, y repaso, y analizo ¡¡¡y la putísima madre que me parió!!!
El otro día fui a la carnicería que voy siempre, a dos cuadras de casa; siempre compro unas milanesas como para tener que me salven las papas (qué paradoja: “las milanesas me salvan las papas”) y un par de bifes, como para inventar algo, y tener siempre, ¿viste? Bue, la cuestión es que fui; fui con la idea fija de comprar bifes, para hacer con cebolla y comer algo rico -porque no tenía ganas de comer milanesas-; y justo había gente, el carnicero estaba atendiendo a otro, y le dice al chico que lo ayuda “Emi, atendelo a él”. Y viste, el loco no tiene “la experiencia”, -no sé si corta bifes-, pero como me conoce que voy siempre, me dice “¿vos querías milanesas?”, “¡Sí, dame 4!” le dije. Y eso que fui con la idea de pedir bifes, la puta madre que me parió, que cagón.
La vez pasada iba en el colectivo urbano, y como sabía que ya me iba a tocar bajar unas cuadras más adelante, me levanté del asiento y me acerqué a la puerta de atrás para bajar. En eso, había una parada antes de mi destino, y uno que estaba ahí me dice “¿te bajás acá?” “emmmmm, si”. Haaaaaaaa, ¿Por quéeeee?
O cuando voy caminando y de repente equis persona pasa y me dice: “discúlpame flaco, ¿me decís la hora?” Y yo quedo ahí, como que no sé qué hacer, y miro a mi muñeca rápido y digo “emm, si si si..”, y pienso “¿Qué hora es? Dale boludo, dale, qué hora, agujita corta cerca de las 7, agujita larga por ahí también.. “emmmm, 6.30, 7 menos 15”. Con un miedo lo digo, qué pelotudo.
Y si no, la otra es cuando estás en la casa de algún tío, o amigo, o de tu novia, y viene la madre (o tu tía) con una caja de bombones o masas finas y te dice “elegí uno..”. ¿Uno me vas a hacer elegir? ¿Uno solo?!!! ¿Justo a mí me ponés en ese compromiso? Y me pongo a mirar la caja y pensar: “Elegí uno, dale. Uhhh, mirá todos los que hay, qué ricos. Pero no te distraigas, es uno solo, andá a lo seguro, dale, a lo seguro, elegí el conito, seguro no le errás, es dulce de leche. Uno solo, andá al seguro, dale..” “¡¡¡Cereza y la coooooncha de la loraaaaaaaaaaaaa!!!”.
Naaaa, no puede ser. ¿Me pueden explicar ustedes para qué mierda meten una cereza adentro de un conito que tiene muuuucho dulce de leche cubierto de chocolate? Es un orgasmo, la perfección, ideal, y le meten justo ¡¿una cereza?! Naaaa.. Las cerezas son para tirar con la gomera.. O para arruinar el Champagne, o las tortas.. ¡Pero los conitos no! Es como hacer un pollo al champignón y ponerle cereales adentro, o tirar aceitunas adentro del lemon pie.. ¡nada que ver!
Sí, sí, soy inseguro. Tengo novia. Y las chicas dirán: “ooooooh”… Y los pibes dirán: “¿Con esa cara de boludo tiene novia?”. Y sí. No es que se me aplique la ley del embudo, pero tengo novia. Pasa que soy un remador en ese sentido; soy muy completo, cumplo con muchos requisitos. Mirá: me gusta cocinar -no muchachos, no soy puto-, me gusta cocinar porque me gusta comer bien; me gusta limpiar -insisto, no me la como-, tener todo limpio, soy muy odioso en ese sentido; me afeito las bolas.. Ah, eso no iba. Bue, pero ta bueno, suma, (yo lo digo sin problemas, mi novia también, lo dice sin pelos en la lengua); estudio ingeniería.. Sí, ya sé, me falta decirles que sé tocar “Mirenla” -de Ciro- con la armónica y se enamoran todas de mí. Pero no, no. Algo de guitarra, pero armónica no.
Soy odioso, odioso, muy odioso. Pero me molestan las boludeces. Las cosas comunes de todos los días, esas cosas simples, cuando salen mal, me enferman. Son boludeces pero que me van enfermando día a día. Por ejemplo:
  • Cuando se cae la cuchara adentro de la olla; waaaa, qué bronca me daaa, qué asco, qué verga tener que ensuciarme para servirme -sí, porque no se por qué, pero me enferma tener las manos sucias-.
  • Me molesta que cuando estás lavando los platos se te desarremangue el buzo. Y andás haciendo malabares para acomodarte, y apretás contra la cintura y no hay forma. Terminás mojando todo el buzo y ensuciando toda la cocina.
  • Que los cuchillos no corten, me enferma. Los putos tramontinas cuando ya no tienen filo. Una mierda.
  • Cuando vas al freezer o congelador a buscar una cubetera, la agarrás y no tiene hielo. La guardan vacía. ¿Qué pretendés? ¿Qué se haga por arte de magia el hielo? Tenés que ponerle agua a la cubertera, querida.
  • Me molestan los tuppers. ¡Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Qué cosa molesta, asquerosa, inútil y molesta que me resultan los tuppers. ¿Cómo se guarda un tupper, a ver? Siempre que abro una alacena están todos tirados, desparramados, ocupan todo el lugar, y por lo general cuando abro se me viene una avalancha de tuppers y tapas, y yo parezco un grone de los que hacen malabares en lso semáforos tratando de atajarlos. Porque sí, nunca vas a tener la misma cantidad de tuppers que de tapas, ¡y menos que coincidan!
  • O cuando preparaste todo para ver la peli: tenés el café en la mesita de luz, los chocolates, los almohadones, la frazadita extra, todo. Te acostás y querés subir el volumen, y ¿qué pasa? EL CONTROL REMOTOOOOOOOOOOO. ¡La puta madreeeee!
  • También me molesta cuando me voy a bañar, después de revisar si tenía todo para bañarme, entrás a la ducha, y cuando estás mojado te das cuenta de que no hay jabón, o de que te falta la puta toalla. Terminás de bañarte, te sacudís un poco y pensás los movimientos para llegar al lugar donde están las toallas -si es que están en el baño- y salís a los saltos como canguro con rengo; y si no están en el baño, pegás el grito: “maaaaaaaaaaaa, la toalla”. Y si no, la clásica, clásica, clásica: te estás bañando y por arte de magia te entrás a congelar, te entra un frío por la espalda que parece que te está garchando el doctor frío y decís: “¡¡la caniiiiillaaaaaaaa!!”. Porque siempre hay un hijo/a de puta que abre la canilla cuando te estás bañando.
El baño es así, es todo un tema. Yo tengo como algo muy particular con los baños, con MI baño. Es como que es un lugar en mi mundo muy importante, es EL lugar. No hay nada como ir a cagar, y sentarse una media horita -mínimo- y leer algo: un diario, suplemento deportivo, revista, guía telefónica, la descripción del champú o del desodorante de ambiente, o jugar con el teléfono. Ahora me compré una Tablet, así que puedo estar horas sentado ahí feliz y en paz. ¿Se acuerdan de Francella en Casados con Hijos, cuando dice que él en el baño es feliz leyendo el suplemento deportivo? Bueno, yo también. Es así de simple, jaja. Y más cuando todo viene livianito, sin hacer fuerza, haaaaaaaaaaa, qué placer. ¿Viste cuando no llegás más al baño, cuando sentís que se te viene la procesión y no llegás más a la iglesia? Que fruncís y fruncís y te agarrás la panza y caminás rápido para llegar, llegás al baño, levantás la tapa, revisás que ningún otro hijo de puta la haya meado ni haya dejado pelos, te sentás y plaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.. ¡Largás todooo! Hacés la trilogía de los 101 dálmatas en el inodoro, como si fueras Picasso. Ahora, eso pasa si estás en tu casa, sí y sólo sí estás en tu casa, el problema es cuando estás estudiando de un amigo -o hinchando las bolas-, tomando unos mates, o un Baggio o un yogursito, y viste, son estudiantes, vive en un mono-ambiente -o en el mejor de los casos tiene una pieza-, y vas al baño y sabés que se ESCUCHA TODOOOO. Entonces bueno, chequeás la superficie de las tapas, te sentás, y seguís frunciendo ¿viste?, sostenés, y tratás de ir de a poco, sostenés y tratás suavemente, por las dudas que PLAAAAAAA, y de afuera digan “¡sentí el cagadón que se está echando este culiadooooo!”.
No sé qué les parecerá. Cuéntenme.

2 comentarios:

  1. Vamos por parte.
    Realmente no sé por qué llevar milanesas si ibas a buscar bifes, o bajarte una parada antes!!!!!!!!!!!! Es ridículo, aunq me causo mucha gracia el nivel de "boludismo". No lo acepto, tan paspadooo??? GILLLLLLL!
    En algunas otras cosas no se debe generalizar, como por ejemplo con el tema tuppers, de los cuales soy fiel defensora! Son más que útiles para mi, más para nos, los estudiantes. En casa están en un cajón (así q no se te viene la avalancha!!! tip a tener en cuenta ;)) se guardan uno adentro de otro dependiendo sus tamaños. Te doy un mini-tutorial: creamos una pila de tuppers desde abajo hacía arriba iniciando con la tapa más grande, arriba el tupper al q pertenece ESA tapa, adentro la tapa del "tupper un cacho más chico" y arriba de esa tapa (dentro del tupper más grande, obvio) el "tupper un cacho más chico" y así sucesivamente... Cuando quieras, una demo en vivo y en directo. Las tapas que se quedaron sin tupper: A LA BASURA! NO al revés, siempre el tupper puede servir de contenedor/ensaladera/fuente aunq no tenga tapa.
    LA CEREZA... bueeee, la cereza también arruina todo para mí. Aunq no debes confiar nunca en algo relleno. En realidad lo seguro en esos casossss, son los bocaditos/bombones/masas q tienen TODO A LA VISTA!
    El resto, demasido explicito para mi gusto. Los timidos en realidad no contarían esas cosas. Así que te recomiendo revisar tu concepto de timido.

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  2. Jajajaja, me divertí mucho leyendo tu monólogo.
    Vivo en un lugar más bien rural asi que cuando voy a la ciudad y me tengo que tomar algun cole urbano siempre (SIEMPRE) me bajo una parada antes, o incluso dos. Prefiero caminar hasta mi destino. Despejarme, pensar, relacionarme con la naturaleza. Obvio. Es por eso que me bajo antes en realidad ;)
    Soy tímida sisi, pero no tengo novio, asi que calculo que te gano (muajajaja).
    Las cerezas me gustan, sisi, pero desde hace un par de meses, antes las odiaba tantooo... muchísimo, en serio. Ni el color me convencía. Pero por suerte, ya lo superé...
    No me banco lo de las mangas desarremangadas para lavar los platos (reconozco, claro, que tampoco me esmero demasiado en arremangarlas), y cuando estoy por ver una película, después, obviamente, de estar tres horas eligiendo la que voy a ver, tengo ganas de ir al baño (no es lo mismo que el control pero bueno. Es mejor, en realidad, porque el baño siempre está en el mismo lugar), y me tengo que: destapar (siempre estoy tapadita hasta el cuello), poner zapatos, pararme, con lo que cuesta, ir al baño, morirme de frío porque estaba calentita, volver, y recién poder disfrutar de la peli...
    Bueno... hasta ahí cuento por hoy. No me voy a meter en ciertos detallitos del resto de tu texto.
    Abrazo

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