Disfruta del proceso, no del resultado.

Estoy colgado. Sí, es la mejor forma de empezar a redactar este post. Estoy muy colgado, ido. Hace tiempo que pienso en publicar pero me olvido, tengo mil cosas en la cabeza (la fucking tesis -que es una vida aparte-, mi novia, mis cosas, todo), y siempre pateo para adelante. Todo eso, sumado a mi nuevo blog de humor y al hecho de que, si no encuentro una idea o título ideal no publico acá, lo tengo muy abandonado. Pobre de mi primer blog, mi primogénito, mi Con lo que eso duele. Por eso estoy acá, para volver al ruedo, escribir un poco; que salga lo que salga.


Estoy un poco harto de todo. La facultad me tiene a mil, todas las horas por semana ocupado, y si no estoy ocupado, estoy pensando en qué podría estar haciendo con mi tiempo libre. Es horrible. 
Por otro lado, estoy muy gordo, jaaaa. Pero sí, muy gordo. Unos 6 kg arriba de mi peso normal te diría. Y se re nota, y más de todo en el fútbol. No me puedo recuperar al 100 % del esguince de tobillo, y cada vez que entreno, el tobillo está sentido y duele; así que me puse las pilas, estoy a dieta estricta de harina, al menos por una semana o dos para bajar 2 ó 3 kilitos fundamentales y después tratar de mantenerme, entrenando, haciendo ejercicio y yoga. Sí, gracias a mi mamá descubrí el yoga, y parece funcionar. Si bien estoy viendo qué onda, parezco más blando, un poco más livianito físicamente. 
Otra de las cosas que me preocupa es mi malestar interno, mental. Es como que estoy satisfecho (aunque suene muy bien la palabra satisfacción, dura muy poco, porque se torna aburrido estar totalmente satisfecho; siempre se debe aspirar a más), sin objetivos, sin algo que me esté moviendo con entusiasmo, sin ganas de. Es bastante feo estar así, y me cuestiono cosas y trato de cambiar o inventar algo (el humor y los chistes malos me ayudan bastante), pero no es fácil. No sé qué hacer para estar entretenido o distraído de mis obligaciones, encima ni al fútbol puedo jugar tranquilo porque estoy golpeado. Pero bueno, es lo que hay.

Mi idea para tratar de solucionar este problema, para cambiar esta situación, es empezar. Siempre cuesta y es durísimo, de sólo pensarlo ya no da ganas; pero hay que hacerlo. Siempre es un buen día para empezar, sea lunes, jueves o domingo; a las 8 de la mañana o a las 6 de la tarde; sean 3 horas o 15 minutos. Siempre es buen momento. Hay que dar el primer paso, hacer los primeros 20 minutos de caminata, leer la primer unidad, comer un sandwich menos, algo, lo que sea, pero algo chiquito, poquito. Los cambios no se hacen de un día para el otro, ni siquiera las revoluciones son así; todo a su tiempo, paso por paso, y tratando de pensar en ese paso a paso y no en el resultado. No pensar en cómo va a terminar, ni a dónde voy a llegar, sino cómo. Se debe tratar de disfrutar del proceso sin pensar en el resultado, porque después de todo, lo que nos construye como personas es el proceso, y no el resultado.

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