Tu tres de septiembre.

De más está decirte "Buen día",
de más está desearte que seas feliz.
Puede que hoy no sea tu día,
por eso sabes que estoy para ti.

Tal vez hoy veas todo de un sólo color,
un gris oscuro que representa dolor,
puedes confiar en mi, 
te lo aseguro,
conozco el camino para ir lejos de aquí.

Lejos de la tristeza, lejos de casa,
¡Lejos! Lejos, en fin.

Puedo darte consejos,
puedo entender qué es lo que te pasa,
pero no lo voy a sentir como en tu piel,
ese recuerdo dulce, pero amargo a la vez,
que se produce porque ya no la podés tener.

Recordala con una sonrisa, con un buen momento,
es lo que ella quería, era su anhelo.
Dios se la llevó, necesitó de ella,
se la llevó al cielo,
y la convirtió en tu estrella.

¡Vámonos de aquí!
Respira profundo, mira hacia arriba,
¡Salgamos de este mundo!
En algún lugar, ella está con vida.

Y te aclaro, mujer, ese lugar es tu mente,
su recuerdo en tu vida,
tu manera de jugar, tu alegría.
Ella siempre será tu tres de septiembre,
y siempre estará presente,
para darte amor,
para hacerte latir más fuerte, el corazón.

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