De tanto leer, me siento inspirado. Los cuentos cortos de Eduardo Galeano y Hernán Casciari, las metáforas de El Principito, la creatividad de Ágilmente y alguna que otra canción nueva que escuché me mantienen la parte derecha del cerebro bastante encendida así que voy a intentar contar un poco de algo de lo que me pasó.
¿Qué gano contando esto? No sé. Encima soy malísimo, no sé escribir ni poesía ni cuentos ni nada, no sé usar metáforas ni recursos literarios. Es más, ni siquiera sé si lo que yo creo que es un recurso literario, efectivamente lo es. Pero lo tengo que contar porque hace ya casi un mes que me pasó, y que día a día pienso en posibles fragmentos del relato que, por más malos que sean, no puedo dejarlos sólo en mi mente. Tienen que salir, pasar por algún otro lado. Por más que sea incapaz de explicar todo lo que pasa por acá, tengo que intentarlo. La cuestión es, más o menos, así...