Reglas de convivencia.

No es que uno sea odioso, o sí; pero hay que entender que cuando estás en un lugar que no es el tuyo, tenés que respetar al otro, y así, cuentas claras, conservan la amistad.
No es necesario que hagas nada, pero si hacés, bancate lo que se viene. Nadie es empleado de nadie. No vas a hacer de comer, ni limpiar, ni pagar. Lo único que tenés que hacer, es dejar todo en el orden que lo encontraste, y así todo sigue en armonía.


Por eso:

Si llegaste, saludá.
Si te vas, saludá.
Si desacomodás, ordená. Y en el mismo lugar que estaba.
Si ensuciás, limpiá.
Si sacás algo, ponelo en su lugar.
SI comés algo, reponelo. O preguntá si no hace falta.
Si sacás plata, devolvela.
Si se te cae algo, juntalo.
Si generás basura, tirala.
Si querés escribir en el pizarrón, tratá de no borrar lo que es importante.
Si tomás agua, llená la botella. (Y lavá el vaso, o al menos dejalo en remojo).
Si vas al baño, el bidet no anda.
Si tenés mal humor, acá te lo cambiamos en seguida.
Si no te gustan los chistes malos, bancatelos porque son la especialidad de la casa.
Si soy muy odioso, lo lamento, es mi casa, afuera podemos discutirlo.

Y si tenés ganas de llorar, andá a la iglesia porque acá se vive feliz!

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