La historia que prometió ser buena.

Me tomo un momento y,
mientras escucho 'A fuego lento'
disfruto como si fuera una mañana
y aprecio la voz de Rossana
que es tranquilizante como el viento.

El club está lleno de gente,
estoy rodeado de adolescentes,
todos juntos y yo necesito aislarme,
concentrarme el algún asunto
que mantenga ocupada mi mente.

Es que he vuelto a caer en esta ilusión,
en esta confusión que me condena,
en esta historia que prometió ser buena
pero que en mi memoria me recuerda penas y penas.

He vuelto a pensar en ella,
a quien seguía como una estrella
que marcaba mi camino,
pero su guía no fue más que la de un crupier,
que todo te hace perder
en una noche de casino.

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