Si quieres mantener el equilibrio, debes seguir avanzando.

Este último mes no fue nada fácil. Operaron a mi mamá, salió todo bien por suerte, pero esto sigue, y se vienen tratamientos y tratamientos, visitas médicas, idas y vueltas, de acá para allá; la familia está conmovida, todos preguntan, todos rezan, todos se preocupan. ¿Cómo no hacerlo? ¿No? Es inevitable que se te venga la angustia a flor de piel, esas ganas de llorar, de decir ¿Por qué a ella? Habiendo tanta gente mala, ¿por qué le tocó a mi mamá que es la persona más buena y correcta del mundo?



La cuestión es que no podemos quedarnos en esa infinidad de preguntas, en preguntarnos por qué a nosotros, en debilitarnos. ¡No! ¡Es peor! Obviamente que no es fácil superarlo, vivir con eso, pero debemos intentar seguir adelante. Habrá que resignar algunas cosas, reorganizar nuestra agenda, ajustar el reloj, lo que sea, pero debemos adaptarnos y continuar. Es más fácil y menos doloroso enfrentar el problema de una que estar lamentándose y preguntándose cosas que nunca vamos a obtener la respuesta.



El otro día vi la película "The Intouchables". Es un drama francés con un exquisito toque de comedia. ¡Está bárbara! Él es un multimillonario que quedó cruadripléjico -o algo así-, sólo puede mover su cabeza, y empieza a buscar a una persona que se encargue de él, que lo cuide, que viva para él prácticamente; y aquí aparece el otro protagonista, con un pasado y una realidad un poco oscuras, pero es una persona con códigos. La cuestión es que, en una parte de la película, un asesor del millonario le dice que tenga cuidado de su cuidador porque tiene antecedentes penales y es peligroso, además argumenta que no se da cuenta de la magnitud del problema, es indiferente; y él responde que es eso lo que está buscando: indiferencia. Que lo traten igual que al resto, como si nada pasara, como si viviera una vida normal. El punto es que esto me hizo pensar, y se lo comenté a mi mamá. Ella me entendió y me dijo que es lo mejor tratar de ser fuerte y vivir como si nada, sin andar preguntándose tanto y amargándose tanto. Yo le dije que iba a seguir tratándola como siempre, como si nada, como si todo estuviera bien; porque, después de todo, esa es la forma en la que yo puedo contagiarle mi intensa alegría. Que obviamente que la amo y que voy a hacer lo que ella necesite, pero que "no se crea que iba a tener privilegios" -en tono de broma, obvio-. Ella me entendió y sonrío y me dijo que le parecía bien y que era lo correcto.



Es cierto que no es fácil luchar contra esas cosas, pero yo creo que lo mejor es no caer y seguir intentando. Según Einstein, "La vida es como montar una bicicleta; si quieres mantener el equilibrio, debes seguir avanzando", y estoy de acuerdo, para mantener el equilibrio, debemos seguir avanzando. Debemos usar nuestras fuerzas, nuestra fe, nuestro optimismo. Debemos continuar hacia adelante.



Y acá estoy, firme, pedaleando hacia adelante, manteniendo el equilibrio.

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